Qué común es escuchar a las madres decir que no quieren cargar a sus bebés porque si lo hacen, estos se acostumbrarán a los brazos y ellas no quieren eso.
Ellas necesitan que el bebé se acostumbre a estar en su cuna para así poder hacer las tareas del hogar.
Y es que para ninguna de las que somos madres es un secreto que uno de los retos más grandes ante la maternidad, es lograr un balance entre las tareas de casa, de los otros hijos y el bebé que acaba de nacer. No es nada fácil y es una etapa donde se necesita mucho de la colaboración de ambos padres.
También es común escuchar decir a la mama, o a familiares o amigos de la casa, que el bebé está muy malcriado y por eso solo quiere estar con su mamá. Tiene mamitis, un término que hasta la real academia de la lengua necesitará aprobar, porque es cada día más frecuente.
Por supuesto que esas expresiones están mal enfocadas, y es que los bebés necesitan de su madre tanto como respirar. Tus brazos le darán a tu hijo la seguridad y la confianza que necesitará para crecer y desarrollarse adecuadamente.
Es curioso que los niños que más reciben el calor de los brazos de sus madres, y los que crecen más apegados a ellas son los más independientes cuando crecen. Son los niños que menos problemas tienen de miedos, de inseguridades y de socializar con otros niños.
Si dejas que tu bebé o tu pequeño, llore y llore porque tiene que entender que no lo vas a tomar en brazos para que no se malcrie, tú misma estás sembrando en él el miedo, la soledad, la angustia y la desconfianza. Como mamá y sin darte cuenta estarás fomentando un apego inseguro y poco saludable con tu niño.
De esta manera cuando él esté contigo sentirá terror a separarse porque sabe que cuando te ha necesitado tú no has estado para responder a su demanda. Se ha sentido solo y desamparado y eso solo genera trastornos en la infancia.
Entonces llorará mucho más, perderá interés en las cosas y personas que le rodean, porque solo estará pendiente de que no te le separes, porque con tu actitud solo has despertado su ira, su temor a estar solo y su mal manejo de emociones. Se desarrollan en estos niños sensaciones de ansiedad y ambigüedad.
Esos son los niños que no saben disfrutar de un juego con otros niños, que enfrentan serios problemas en etapas escolares cuando mamá no está con ellos. Esos son los niños con una autoestima vulnerable, que son los blancos del bullying y es que están llenos de miedos e inseguridades.
Hace muchos años se llevaron a cabo diferentes investigaciones y estudios para tratar de averiguar si el apego de los hijos a sus madres era solamente porque ella los alimentaba.
Dicho estudio fue realizado con monos, los cuales fueron separados de su madres justo al nacer y los colocaron en una especie de cuarto donde le pusieron una estructura metálica que tenía un biberón de donde podían alimentarse y otra estructura cubierta de una tela bien suave y acolchonada pero donde no había alimento alguno.
El objetivo era demostrar si el apego de los bebés a sus madres estaba dado sólo por la necesidad de alimentarse o si entraban a jugar las emociones. La mayoría de los monos pasaban mucho más tiempo junto a la supuesta mamá acolchonada y no junto a la fría que les alimentaba. Estos experimentos además de ser bastante crueles dejaron ver como ninguno de los monos tuvo un desarrollo adecuado e incluso de adultos no fueron capaces la mayoría de criar a sus propias criaturas.
Estos estudios hoy día no se realizan de esta manera porque existen diferentes protocolos de protección de la vida de los animales, pero sus resultados nos han dejado claro que la relación entre una madre y su hijo no está dada por la necesidad de alimento, sino que en ellos están envueltas toda una serie de sensaciones y emociones que son necesarias para que esa criatura se desarrolle de manera plena.
Las madres deben garantizar un apego seguro con sus hijos desde el momento del nacimiento.
Los niños necesitan de los brazos de su madre no por un capricho, ni por malacrianza, como se suele llamar muchas veces. Ellos necesitan de su madre y sus brazos tanto como comer y protegerse del frío o el calor.
Los bebés humanos al igual que pasó con los monos necesitan que desde el momento de su nacimiento su madre esté lista de manera rápida y efectiva para responder a sus necesidades de apego.
La relación de una madre y su hijo es un vínculo que nada puede romper ni sustituir. Un niño en los brazos de su madre es un niño feliz.
Se sabe incluso que si se rompe ese apego durante los primeros años de vida, los niños sufren consecuencias y daños permanentes en el desarrollo de los niños. Hay muchas investigaciones que recogen información sobre el desarrollo de los niños durante épocas de guerra, en que fueron prácticamente arrancados de los brazos de sus madres y las consecuencias fueron desastrosas para la vida de esos pequeños.
De igual manera sucede con niños de orfanatos o que por alguna otra causa no han crecido con el abrigo y el apego a su madre.
Tenemos que sacar de nuestras mentes la idea de que al bebé hay que dejarlo llorar, de que dejarlo llorar es un método de disciplinar o establecer una conducta en el pequeño. El niño no llora porque esté consentido, el niño llora porque por alguna razón no se siente seguro alejado de su madre.
Su llanto puede tener muchas causas o una sola, la necesidad de sentir el olor de su madre, escuchar su corazón y sentir sus caricias.
Esto no quiere decir que se quedará en tus brazos para toda la vida, esta etapa pasará, crecerán y si de manera adecuada se hizo un apego, también adecuadamente se hará el desapego y ellos solos lo aprenderán.
Si tu hijo desde que nació ha sentido que tú has estado para él, si cuando te ha necesitado tú has respondido, esto hará que crezca como un niño seguro y protegido.
Así enfrentará sus retos de mejor manera y poco a poco cuando crezca sentirá la confianza para estar separado de ti ya que le has desarrollado esa seguridad.
Entonces mamá. . . no le temas a tenerlo en tus brazos, no te pierdas esa etapa que a pesar de lo dura que es, te aseguro que te dejará recuerdos imborrables en tu vida y que para tu niño es la mejor y la mayor de las experiencias.
Apégate a él con amor. . . no escuches a quien te diga que en su cuna estará mejor, no hay mejor lugar para un niño que en el regazo de su madre.
Y no hay mayor bendición para una madre que llevar a su hijo en brazos. No le temas a la mamitis, disfrútala al máximo. ¿Dónde mejor que en tus brazos?
Apego con amor. . . soy defensora de él.
Ojalá y mis hijos tengan mamitis siempre 🙂
Un abrazo,
Madredetres says
Con el mayor que ahora cuenta con 21 años cometí el error de seguir los consejos de mi suegra porque era muy Joven (17 años) y claro, ella era la entendida. Con mis dos pequeños he hecho todo lo contrario, los estoy criando con todo el apego y amor que puedo. Y te puedo asegurar que el pobre de mi hijo mayor, por el “no le cojas tanto que lo vas a malcriar”, es hoy y tiene muchas inseguridades como persona. Ahora me arrepiento muchísimo y hablo mucho con él e intento compensar de alguna manera los años perdidos.
Giselle says
Hola Telva, que gusto tenerte por aqui. Me disculpo porque he tenido bastante trabajo y me he demorado en responder. Así como cuentas le pasa a muchas madres primerizas. Que bueno que con los otros dos fue diferente. Y en cuanto a tu niño mayor estoy segura que con tu amor, dedicación y la experiencia que ya tienes será más que suficiente.
Gracias por estar aquí y por compartir esta experiencia conmigo y mis lectores. Siempre serás bienvenida.
Un abrazo,
Giselle
Claudia Rubio says
Muy lindo este artículo! Tengo 3 hijos, 21, 14 y 2 AÑOS 8meses. Mi sueño como madre siempre fue que los acueste y se duerman sin que me necesiten, pero nunca pude dejarlos solos hasta que se dormían, me acosté al lado a leer un librito, inventar historias. Pero mi último hijo ,llora desesperado si me voy sin el. Y por ahí pienso que lo estoy perjudicando, haciéndolo inseguro.. que me aconsejas? Gracias!
Giselle says
Hola Claudia!
Te saludo ante todo y te agradezco por estar de visita en la página y también por tus palabras sobre el blog, me da gusto que te haya gustado.
Hablemos de lo que te preocupa. Quiero que sepas que los niños que crecen pegados a sus madres son niños más independientes y que estarán mejor preparados para dejar el apego a su madre. El apego en los primeros años de vida es saludable, es normal. De esa manera los niños saben que cuentan y que tienen el apoyo y la protección de sus padres.
Tú pequeño evidentemente está apegado a ti y eso no debe asustarte, si llora cuando te alejas es porque aún se siente inseguro, es porque aún se siente desprotegido cuando tú no estás. Todas estas conductas son normales y si tú sigues estando a su lado más rápido tendrá confianza y seguridad para ir despegándose poco a poco.
Disfruta de la infancia de tus pequeños que la mamitis es de las cosas más hermosas que vivimos las madres y que más bienestar emocional a los niños.
Te mando un abrazo,
Giselle