¿Cómo reaccionamos las madres cuando alguien regaña a nuestros hijos?

Las madres desarrollamos un instinto protector de nuestros hijos que nos convierte en fieras, por así decirlos.  Cuando escuchamos o vemos a alguien que le llama la atención a nuestro hijo, la primera reacción, y seamos honestas, es defensiva. A esa hora pasan por tu mente infinidad de preguntas como:

“¿Quién es ella/él para regañarlo? Si su hijo es peor.”

“No vendré mas aquí.”

“No dejaré a mi hijo jugar más con el de ella”

Y así muchas interrogantes pasan por tu mente porque sale ese instinto de protección que tenemos. De hecho, a muchas nos suena hasta de mal gusto que los abuelos o hasta el padre les llamen la atención. He escuchado las que dicen… “No, a mi hijo solo le puedo gritar yo, ni su papá me gusta que lo haga.”

Esto se debe a que sabemos que aunque nuestro hijo haga algo mal y se merezca el regaño, no podemos estar inmóviles cuando alguien más lo regaña. Ese niño es una parte inseparable de nosotras y lo que le pase por insignificante que sea es para nosotras algo muy grande.

Por ejemplo, si alguien le hace un amala acción a un hijo tuyo es peor que si te la hiciera a ti misma y ahí salimos como fieras. Eso es genial porque las madres somos las primeras y mejores abogadas de nuestros hijos. Somos las primeras en reclamar sus derechos y en protegerlos.

Ahora hay ocasiones en que los niños están jugando y se pelean por un juguete y los adultos hacemos de esto (que es normal entre niños) un problema que muchas veces agarra caminos equivocados.

Los problemas entre niños en muchas ocasiones desencadenan en problemas y malentendidos entre adultos. Muchas veces hemos visto familiares y amistades rotas por una situación de los niños. He sido testigo de algún momento en que los niños pelean por un juguete y he visto a madres ponerse a discutir con un niño porque le quitó el juguete a su hijo o se empujaron en el juego. Ese es el mejor momento para educar a los niños, no para pelear con ellos y mucho menos entre las madres.  Esto definitivamente está mal y establece un modelo y un patrón inadecuado para los niños.

Y lo más curioso es que los niños se pelean hoy y ya mañana están jugando otra vez, y es que es normal que suceda así. Somos los adultos los que debemos saber actuar como adultos responsables.

Hay adultos que no saben llamarle la atención a un niño y también hay adultos que asumen conductas inadecuadas al cuestionar algún método de crianza con nuestros hijos.

Primeramente, siempre digo que lo mismo que debemos educar a nuestros hijos sobre la base del respeto, así mismo debemos ser como adultos. Esto implica que no debemos cuestionar como nuestra hermana, amiga o vecina cría a su hijo. Daremos opinión si la piden y así todo seremos respetuosos. Hay personas que hacen sentir mal con ciertos comentarios, hasta sobre el corte de pelo que está usando tu hijo… hay que respirar hondo para ser educada ante un comentario asi

Los padres crían a sus hijos basado en sus valores, costumbres, religión, métodos, etc., lo que para ellos es un modelo a seguir y nadie tiene el derecho de criticar eso. Ningún padre tiene el manual de instrucciones, ni la formula perfecta para educar a los hijos. Nadie está exento de cometer errores en la crianza de los hijos, pero de los errores se aprende y se sacan las mejores experiencias. Por tanto, ni siquiera los abuelos, que sí están más experimentados, deben involucrarse en cómo se crían a sus nietos.

Solo debemos intervenir cuando vemos que algún metodo de crianza afecta la salud física o emocional de un niño. Si vemos que un niño es abusado, ahí nos metemos hasta el fondo, pero de ahí en fuera, NO.

Cuando alguien le llama la atención a un niño en mala manera, es preciso que tratemos de hablar con ese adulto sin los niños presentes y le dejamos saber nuestra inconformidad por la forma que utilizó. Nunca delante de los niños resolvamos estos asuntos porque no queremos exponerlos a discusiones y enojos que no les darán un buen ejemplo.

Si le llaman la atención los abuelos o tíos o una amistad debes valorar primero la relación que te une a esa personas.

¿Cómo fue que le llamaron la atención? ¿Con respeto y sin afectar la integridad física y emocional del niño?

Debes analizar sin cegarte que hizo tu niño y si realmente se merecía un regaño de cualquier adulto que estuviera con él en ese instante. Si no estabas ahí, averigua si tu hijo tuvo una actitud agresiva o que de alguna manera afectara la integridad de otro.

Además, ten en cuenta donde estaba el niño, si estaba en la casa de los abuelos, o de tu amiga bajo su cuidado.

Después de analizar todos estos factores, determina si estuvo bien el regaño o no.

Realmente, la manera en que reaccionemos depende de la forma en que regañaron al niño, la persona que lo regañó y la enseñanza que se transmitió con el regaño. Por supuesto, cualquier tipo de violencia física o verbal sí será totalmente inaceptable.

Recuerda que si dejas a tu hijo en casa de sus abuelos, tíos o en casa de tus amigos, no puedes pretender que si el niño tiene una conducta inapropiada no lo regañen.

A mis hijos siempre les leía la cartilla (como dicen en mi país) antes de salir de casa y más aún si se quedaban en casa de otra persona. ¿Pero saben qué? No siempre funcionó, sobre todo con mi hijo mayor que siempre ha sido más intranquilo. Así que muchas veces me tocó aceptar que lo disciplinaran siempre y cuando fuera de la mejor forma.

La vida te pondrá delante diferentes situaciones en las que tendrás que balancear muchas cosas. Los hijos también te pondrán frente a decisiones fuertes en los que siempre tendrás que buscar cual es la mejor opción. El amor por un hijo nos pone en ocasiones una venda en los ojos y créeme que a todas nos pasa y cuesta quitársela. Conoce a tus hijos y sus retos y si sabes que uno da un poquito más de lucha que otro, analiza si realmente estás preparada para dejarlo con otro adulto y aceptar que le llame la atención.

¿Tú has pasado por algo así con tu hijo? Cuéntame…

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