Hace unos días alguien me decía que por qué no escribía sobre la rivalidad entre hermanos. Me compartió que está pasando por una situación incómoda ya que sus hijos tienen mala relación porque pelean bastante e incluso casi no se toleran.
Este tema de la pelea entre hermanos es algo que las madres que tienen varios hijos siempre enfrentan. Aunque les parezca raro, les digo que las peleas entre hermanos son algo normal siempre y cuando no se tornan agresivas tanto física como verbal.
No hay una fórmula perfecta ni una receta para que esto no suceda, solo algunas recomendaciones que les puedo hacer a los padres que tienen varios hijos para tratar de que enfrenten estas etapas de la mejor manera. Nunca se librarán de estos enfrentamientos pero lo bueno es saber que con el paso de los años tus hijos dejarán de ser rivales para quererse y necesitarse mucho.
Estos enfrentamientos que tienen sus etapas pico, es decir momentos donde son más intensos,generalmente sucede en las etapas en que tus hijos están atravesando cambios importantes; por ejemplo, ante la llegada de un hermano, cuando las diferencias de edades los alejan y no tienen puntos de coincidencia, cuando hay celos, cuando tienes un hijo en las puertas de la adolescencia o en medio de ella. También influye en esto el temperamento de los hijos. Estas son algunas de las diferentes situaciones que hacen que aumenten las peleas entre los hermanos.
Aunque como te dije son normales, hasta cierto punto la forma en que los padres manejen esta situacion sera lo que los mantendrá unidos o lo que abrirá entre ellos una grieta que no se podrá reparar. Los padres en la crianza de los hijos son como un artesano que está confeccionando una pieza de barro. Mientras está mojada la puede moldear y hacer que adopte la forma que quiere. Una vez que el barro se seca ya está hecha la obra. Si no se amolda bien, quedarán incluso grietas en la pieza.
Pasa así con los hijos. Desde pequeños los estás moldeando para lograr la pieza que quieres, educándolos con respeto y cariño. Solo enseñando amor a tus hijos aprenderán a dar amor. Ellos crecerán con tus valores y con tus enseñanzas, por tanto tómate tiempo en saber cual es el camino que debes seguir.
Yo no tuve la dicha de tener hermanos, y es algo que me hubiera gustado muchísimo. Por esa razón yo tomé la decisión de que no quería tener un solo hijo. No quería que mi hijo sintiera hasta cierto punto la soledad que en un momento de mi vida yo sentí, por ejemplo cuando perdí a mis padres…un hermano hubiese compartido conmigo ese dolor. Son momentos en los que la vida te deja sin fuerzas. Una de las cosas que me propuse era que mis hijos se amaran y se tuvieran el uno al otro siempre.
Al salir embarazada de mi segundo bebé, desde el primer día el protagonista de ese evento fue mi hijo, pero no el que estaba adentro de mi barriga, sino el que estaba afuera.
Le dejé saber con tanto amor que tendría un hermano, adapté mis palabras a su edad, cinco entonces, a sus intereses. Nunca sintió que le faltaba amor, nunca sintió que el bebé que venía en camino le robaría a su mami. Lo involucre en todo: en las compras, en el nombre, en lo que él iba a tener que ayudarme con el bebé. Y así llegó el día del nacimiento de su hermano, cuatro días antes de su cumpleaños número seis. . . casualidades hermosas de la vida.
El primer dia hice que me lo trajeran a ver al bebé, estaba tan nervioso que ni se podía estar en un lugar tranquilo. Yo emocionada de verlo y le dije que haría todo lo posible por estar con él el día de su cumple. Oh no, qué complicado, yo había tenido una cesárea y dependía de mi evolución. No sabia 100% que podría estar en casa en cuatro días, pero fue tanto lo que desee eso que se me cumplió. El día que mi niño cumplía sus seis añitos, llegue a casa con su hermano y le dije, “Hoy no haremos una fiesta pero te daré mi mejor regalo, tu hermano.”
Hoy que ya de esto hace 17 años, mi hijo siempre que viene a la ocasión dice “el mejor regalo de cumpleaños que he tenido en mi vida fue cuando mi mamá llegó a casa con mi hermano en sus brazos.” Yo no puedo evitar emocionarme al escucharlo siempre que lo dice. Mis hijos se aman, se cuidan y se respetan.
¿Les parece que no ha habido peleas? Debo confesar que nunca algo preocupante, pero si ha habido y hay a veces.
La rivalidad entre hermanos es el mejor entrenamiento que un niño puede tener. Tienen que alcanzar un juguete primero, tienen que aprender a negociar con otro niño, etc.
¿Por qué pelean los hermanos?
- Porque se aburren de verse todos los días.
- Por celos.
- Por no querer compartir su espacio, sus cosas y a sus padres.
- Porque tienen diferente temperamento.
- Porque sus edades no tienen puntos en común.
- Aún no saben del vínculo afectivo entre hermanos.
Los hermanos se cansan de verse día a día. Quizás tienen que compartir habitación y hay uno que es organizado y el otro no. Siempre uno dice que mamá o papá prefieren al otro. Si la diferencia de edad es grande, los intereses no coinciden, entonces el mayor no le tendrá paciencia al más pequeño. Verá que las cosas que dice y hace son tonterías y él no está para eso. Pelearán por el pedazo de pan más grande, por sentarse en el carro en cierto sitio, por llamar la atención de su mamá. Es decir, los niños pelearán por todo y por nada.
¿Que puedo hacer para evitarlo?
Para evitarlo, nada, pero sí puedes influir en manejar la situación de manera positiva y evitar que se convierta en un problema mayor.
- Establece límites y consecuencias desde que son pequeños. Es decir, déjale saber hasta dónde puede llegar y qué pasa si no respeta las reglas.
- No te metas en la pelea hasta que no veas que es algo que no sabrán resolver solos o que se va a volver violenta. Aprovecha este momento y dale ejemplos de cómo resolver sus conflictos. Puedes pedirle a cada uno que se digan delante de tí qué no le gusto del otro con respeto, sin gritos ni ofensa. Ahí serás la mediadora, calma los ánimos y refuerza siempre lo positivo. Por ejemplo, si uno de ellos dice, “él me dijo…” Refuerza lo positivo, déjale saber a los dos que las palabras ofensivas no son la forma de resolver un conflicto y déjales claro que ambos son culpables. Una pelea es de dos, no te enfoques en quien empezó… los dos pelearon.
- Habla con ellos por separado, así evitarás que se vuelvan a pelear. Ahí sabrás cómo actuar de acuerdo a la posición de cada uno en la pelea. Nunca hables con uno mal del otro ni permitas que te diga una queja.
- No permitas nunca que uno venga a darte quejas de lo que hace el otro al no ser que sea porque esté en peligro. Si permites que te den quejas o chismes uno del otro, tú estarás alimentando esa rivalidad.
- No hay uno bueno y el otro malo… los dos han actuado mal y si vas a tomar acción, será para los dos.
- No permitas nunca la violencia ni la ofensa… eso debe estar claro en tus reglas y las consecuencias son diferentes.
- Dedícale tiempo a cada uno, tus hijos necesitan espacio contigo y si sus edades son diferentes, esto no lo debes olvidar.
- El pequeño no es siempre el víctima. Por ejemplo, si permites que uno por ser el más pequeño actúe mal, estás actuando mal tú. El pequeño si aún no entiende, le dejarás saber a su hermano que está pequeño y no entiende pero que estuvo mal lo que hizo. Y si entiende, como ya te dije, hablarás por separado y al nivel de cada uno.
- Recuerda que aunque son tus hijos, son diferentes. Ten en cuenta que cada uno tiene su temperamento y su carácter.
¿Es difícil esta situación? Sí, lo es. La crianza de los hijos es una de las tareas más difíciles que tenemos en esta vida pero la más gratificante.
Antes de terminar, te daré una dosis de algo bueno y es que la rivalidad entre hermanos pasará, pasarán las peleas y pasarán los momentos en que no sabes cómo lograr que se toleren. Al crecer y madurar se llevarán bien porque siempre se han amado, solo que de pequeños no sabían ni entendían bien el vínculo indisoluble que los une. De mayores se necesitarán y se complementarán tanto que ni tú podrás entrar en esa sociedad secreta. Y quizás alguien me diga, “pero hay hermanos que son adultos y no se llevan bien y su relación es prácticamente inexistente.” Con tristeza debo decir que sí, es cierto y en eso cada caso en particular tendrá sus causas. Sin dudas la educación de los padres en esto jugará un papel primordial.
Enseñar a nuestros hijos a amar, respetar, tolerar y valorar la familia da excelentes resultados. No miremos las excepciones de hermanos que nunca se llevarán bien, la generalidad demuestra que esta relación es un vínculo grande y hermoso para toda la vida.
¿Estás pasando por esto con tus hijos?
¿Qué te ha funcionado?
¿Tienes un hermano/a que se peleaba contigo de pequeño y ahora es tu mejor confidente?
. . . cuéntame
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