Las rabietas constituyen uno de los grandes retos que enfrentan los padres en la crianza. Hay quien tiene hijos ya adultos y aún recuerdan la época de berrinches y pataletas de sus hijos cuando eran pequeños como una etapa frustrante.
Los padres siempre tiene muchas preguntas al respecto:
- ¿Por qué mi hijo hace berrinches?
- ¿Es normal?
- ¿Qué estoy haciendo mal?
Lo peor es que no saben cómo enfrentar o evitar estos berrinches en estos llamados terribles 2 y 3 años.
Escucha mi podcast sobre las rabietas:
¿Por qué los niños pequeños hacen berrinche?
Los llamados berrinches, rabietas, pataletas o como usted lo conozca son tan normales en los niños de 2, 3 y 4 años como es normal que un bebé de 5 meses se haga pipi y caca en el pañal.
A esas edades e incluso desde el año y medio el niño comienza a alcanzar cierta independencia y esto hace que aumente su necesidad de conocer, explorar y de tomar decisiones… es decir, ahí aparecen los: “Yo solo,” “yo lo hago,” “yo puedo.”
El mundo gira alrededor de ellos aparecen ahí las expresiones de
“Mio,” “es mio,” “dame” y el yo, yo, yo todo el tiempo
Aparece la palabra mágica que a los padres nos pone tan de malas: el NO
El niño ya ha aprendido q que con esa palabra puede tomar decisiones, que puede de alguna manera influir en las personas que lo rodean.
- Al nacer, los bebés ya tienen su cerebro formado desde el útero de la madre, pero tienen muy pocas conexiones entre las neuronas. Estas conexiones se van logrando a través de los diferentes estímulos y las experiencias a las que está sometido el bebé. Y son tan importantes los primeros años de vida de un ser humano que a los 4 años ya el cerebro ha alcanzado la máxima conexión entre sus neuronas.
- A estas edades además están madurando ciertas partes del cerebro como por ejemplo el control de los movimientos, el equilibrio, las emociones, la visión, la audición y muchas más.
- Es decir, están absorbiendo una cantidad de información increíble pero su cerebro aún no está lo suficientemente desarrollado para manejar sus emociones.
Las rabietas estallan ante la frustración que siente un niño cuando no puede cumplir sus deseos o obtener algo que quiere:
- Si el niño quería más golosinas y mamá dijo que no.
- Si quería quedarse más tiempo en el parque y mamá dijo que ya era hora de irse.
- Si su amigo no compartió un juguete con él cuando él lo quería.
¿Por qué estalla una rabieta?
- El niño se siente frustrado, se siente triste, enojado y no sabe qué hacer con todo eso que está sintiendo.
- Hay psicólogos que hablan de que el niño siente dolor cuando está teniendo una rabieta.
- Luego mamá le exige que le de la mano para caminar. Al llegar a casa tiene que comer, y él no quiere. No quiere guardar los juguetes porque está cansado. Al rato tiene que dormir y él quiere jugar otro rato.
Otras razones por las que los niños tienen berrinches:
- Sueño
- Hambre
- Sed
- Cansancio
- Sobreestimulación
- Aburrimiento
- Están enfermos
- Para obtener atención
Los niños no tienen mucha oportunidad de decidir. Por ejemplo, no pueden decidir qué ropa usar, qué comer, cuándo bañarse, etc… Además, tienen que aceptar muchos NO, para lo que ellos no están preparados.
- Ejemplos:
- Mamá le dice: “Levántate y apúrate que llego tarde”
- Tiene que quedarse en el daycare todo el dia hoy
- Se tuvo que poner abrigo y él no tenía frío
- Mamá no pudo ir al parque porque tenía que lavar
- No pudo jugar con agua porque moja el piso.
Y asi muchas más. Ellos no están preparados para esto. Su desarrollo cerebral aún no puede saber cómo actuar en cada caso.
Las rabietas son NORMALES en el desarrollo y evolución de los niños. Por tanto, no hay que atender nada. Los niños no tienen rabietas porque los padres hagan algo mal o porque sean tolerantes o porque no lo sean. Hacen rabietas porque es parte de su desarrollo. Ellos como parte de descubrir el mundo también tienen que descubrir los límites y probarlos.
Cómo y cuándo evitar las rabietas
No las podrás evitar. No hay fórmula para ello lo que sí puedes hacer que algunas no aparezcan o en algún caso acortar el tiempo que dura una rabieta.
- Dale la oportunidad a tu hijo a participar en actividades con otros niños.
- Déjalo expresar sus sentimientos. Dale las palabras que necesita para entender lo que le sucede.
- Ofrécele ayuda, déjale saber que lo entiendes y que lo ayudarás para que este momento pase.
- Cuando puedas ceder, hazlo. No te involucres en una batalla que no llevar a nada.
Si te propones algo, antes de decir NO, analiza y si es posible decir sí, dilo. Selecciona tus batallas. Si quiere usar el pantalón azul y no el rojo, está bien. Eso no pasa nada. Ellos también deben tomar decisiones.
Da opciones, déjalo sentirse importante y tomar decisiones:
- ¿Quieres una manzana o una banana?
- ¿Te pones la camisa azul o la blanca?
Sirve a tu hijo de modelo. Si te enfrentas a un berrinche hazlo calmado, recuerda que tú, como adulto que eres, sí tienes la capacidad para manejar enojos.
Evita las situaciones de conflicto siempre que puedas. Por ejemplo, si sabes que en un supermercado determinado siempre quiere golosinas y no le vas a comprar, evítalo.
No escojas las horas de descanso o cuando tenga hambre o esté cansado y quiera llegar a casa para hacer gestiones.
Evita ir a lugares donde requiera que el niño tenga una conducta de una dulto, que es imposible. Por ejemplo, si va al dentista, usted busque dónde dejar a su hijo. No pretenda que él va a estar sentado sin moverse. Lo mismo pasa en la iglesia.
Ofrécele a tu hijo una alimentación adecuada y sus horarios de descanso. Es decir, respeta y establece rutinas.
Apoya y acompaña a tu hijo siempre.
Si ya estalla la rabieta… ¿cómo manejarla?
- Nunca perder el control.. ellos son los que no saben manejarse, nosotros sí sabemos y debemos ser modelos. Si estás en público, sale del lugar si es preciso.
- La firmeza no tiene nada que ver con el cariño. Si ya le dijiste no, mantén esa postura aún cuando la rabieta estalle. Si cambias tu decisión por temor al berrinche solo estarás reforzando el berrinche. Por eso, analiza siempre antes de decir no.
- Baja a su nivel y háblale mirando a los ojos con lenguaje sencillo calmado y respetuoso.
- No denigres al niño, no lo humilles.
- Nunca emplear el chantaje emocional: “Ahí te dejaré,” “se lo diré a tu padre,” “te ves feo.”
- No negar el afecto y el contacto físico. Si ellos no quieren está bien pero otros sí lo necesitan.
- No lo ignores, eso no ayuda porque sentirá que no le importas y ya bastante mal la está pasando. Es decir, déjale saber que estás ahí para ayudarlo.
- NADA DE HACER DISCURSO: “Mi amor, esto no puede ser,” “Lo siento.”
- Cuando pase el berrinche, habla con él y explícale en su lenguaje.
- Los niños hasta los 3 o un poco más no empiezan a hablar de sus emociones y así las rabietas disminuyen.
- ANTE UNA RABIETA RESPIRA, CÁLMATE Y PIENSA QUE UN DIA ESTO NO SUCEDERÁ.
Cuando no, es NO
Los padres deben saber que en la educación de los hijos hay cosas en las que nunca se debe ceder aún con la peor de las rabietas.
Y por eso hay que saber cuándo el NO es realmente un NO.
- Cuando esté en juego la seguridad de tu hijo.
- Cuando esté en juego la salud de tu hijo.
- Cuando estén en juego el respeto por los demás.
Los padres no somos los que ponemos límites a nuestros hijos, los límites ya están ahí. Nosotros sólo los ayudamos a entender y descubrir esos límites.
No todos los límites son igual de importantes.
Somos el modelo que nuestros hijos tienen, si para ellos funciona para nosotros también debe funcionar.
Los niños en estas edades están descubriendo y conociendo los límites por eso debes enviarle el mensaje que necesitan.
Recuerda en todo el amor es el principal ingrediente, tu hijo debe saber que tú desapruebas el comportamiento que ha tenido, pero no a él. Y recuerda que esto …… pasará.
Tus brazos, mi columpio says
Tengo un niño de dos años y me siento muy identificado con tu post. Voy a tener que seguir tus consejos. ¡Gracias!
Giselle says
Hola!!
Que gusto me da saber que este post te haya parecido interesante y que mis consejos te pueden ayudar a manejar las rabietas que tu pequeño pueda tener.
Mucha calma y recuerda que pasarán.
Te envío un saludo y te agradezco tus palabras.
Virginia says
HOLA GISELLE.
ME HA ENCANTADO EN ENFOQUE QUE LE HAS DADO, Y ES QUE, ES ASÍ. UNA ETAPA Y COMO TANTAS… PASARÁ.
NO QUE DARLE MÁS IMPORTANCIA DE LA QUE TIENE, Y MENOS PERDER LOS NERVIOS, CUANDO NOS ENFRENTAMOS A UNA. CUESTA, Y MUCHO.
Pero somos los adultos, y como tales, debemos enfrenntarlas con todas las herramientas de que dispongamos (madurez, empatía y una que me ayuda mucho, nostalgia adelantada, el pensar que no siempre estará ahí, tan chiquito, tan indefenso, sin saber cómo gestionar sus emociones).
Yo soy muy fan, de intentar prevenirla, y si llega, ignorarla, hacerle ver que estoy ahí, entiendo su rabia e impotencia, pero así no consigue nada.
Un abrazo!!
Giselle says
Hola Virginia, gusto saludarte.
Gracias por la visita y por compartir tú opinión. Llevas toda la razón. Me aferro a la parte de la nostalgia, si pensáramos en ella siempre de seguro seríamos más pacientes y disfrutaríamos mucho más cada etapa por difícil que fuera.
También te envío un abrazo