En la vida hay momentos en los que tienes que tomar decisiones que por un lado son difíciles pero que por otro son más las ventajas que te aportará que no te toca de otra que enfrentarlas. Este es el caso de todos los que como yo han tenido que dejar atrás su tierra para ofrecerle a sus hijos otros horizontes. Pero hoy no hablaré de emigrar, ni de las huellas y marcas que me ha dejado, que han sido muchas. Unas me han debilitado, porque contra las emociones no se puede, pero otras me han hecho fuerte y capaz de vivir a gusto a pesar de todo.
Para esto he tenido que tirar de muchas cosas de las que sostenerme al igual que mi familia y una de ellas y para nosotros hermosa es Sophie, la bebé de la casa aunque realmente es la mascota. Hace apenas unos meses la adoptamos y ni se como al fin tomamos esa decisión porque habíamos dicho mi esposo y yo que no tendríamos más perritos. El asunto es que al dejar nuestro país tuvimos que despedirnos de nuestra perrita Sasha, la cual nació en mi casa porque éramos dueños de su mamá (que murió en el parto) y aunque a ella la dejamos en las mejores manos (la madre de mi mejor amiga) fue un momento triste especialmente para mis niños. Luego vivimos en España, donde apenas a unos meses de vivir allí a mis hijos le regalaron un cachorrito. Yo no quería, sabía que no conocíamos aún cuál sería nuestro destino, ¿pero cómo decirle a esos niños que no? Así llegó Toby a nuestra vida y lamentablemente por poco tiempo. . . otro momento de tristeza y fue por esa razón que decidimos mi esposo y yo no tener más mascotas.
Pero no fue así. . . todos sentíamos que nos faltaba algo desde hace años, que no estábamos la familia completa pero esperaban que lo decidiera yo. Todo sucedió de una manera muy rápida. Era domingo en la mañana y conversando con mi esposo, le comenté que le había dicho a mi hijo más chico que debíamos adoptar un perrito. Solo unos minutos tardó para que reaccionara y me dijo, “pues vístete y vamos.” Mi hijo más pequeño se volvió loco de felicidad.
Mi hijo mayor ni estaba en casa porque por razones de trabajo estaba en otro estado. Así que así fue que fuimos al encuentro desconocido con Sophie.
Ya en el camino comenzaron a aparecer señales. . . mi esposo dijo, “hoy es 18 de diciembre,” (fecha especial para los cubanos) el día de San Lázaro, santo devoto de los perros, que incluso según su leyenda padecía de lepra y sus perros como muestra de cariño le lamían las heridas y lo sanaron.
Ahí no terminaron las señales. Al llegar al lugar donde íbamos a adoptar, unas de los primeros animales que vimos fue a Sophie. Ahí nos preguntaron que si queríamos conocerla e interactuar con ella. Nos llevaron a un área y ahí la trajeron para que jugara con nosotros. Pero lo increíble de esto fue que nos dicen que había nacido el mismo día del cumpleaños de mi papá. Yo hasta pregunté dos veces porque no lo creía. . . y si así es. Ahí mi esposo dijo que ella es la que tiene que ser y mi niño estuvo de acuerdo. Mi hijo mayor la conoció después y no lo creía. . . estaba emocionado. En fin, fue un dia de señales que la vida te da y te enseña que nada pasa al azar. Cada suceso tiene su lugar y su tiempo, y yo siento que entre ella y yo hay una conexión especial… ya saben por qué.
Tener una mascota es como darle cuerda a tu corazón. Es tu hijo canino porque asumes la responsabilidad de cuidarla y quererla. Pero esto no lo sabes aun hasta que ese animalito que ni te conoce comienza a amarte de un manera inigualable. Cuando ves a tus hijos que ya son jóvenes como la quieren y se ocupan de ella, eso te da satisfacción porque ves el corazón que haz construido en tus hijos. Ves los valores de amor y responsabilidad que tienen.
Una mascota en casa le da al hogar un equilibrio emocional increíble. Es responsabilidad, pero también es alegría, risa y un cariño que no se agota.
Siempre que llegues a casa habrá alguien esperándote con una alegría e ilusión que te hará olvidar el cansancio para saludarla. Está demostrado que las mascotas ayudan a liberar el estrés y en muchos estudios son utilizadas como terapia para tratar diferentes afecciones en los seres humanos.
Son utilizadas con niños autistas y que padecen de síndrome de asperger como terapia. Varios estudios que se han realizado demostraron que un alto porcentaje de niños que padecen de trastorno del espectro autista o síndrome de asperger tienen una mejor interacción social cuando tienen mascotas. También se han utilizado con personas de la tercera edad que se sienten solas y después de un tiempo estas han manifestado hasta sus deseos de vivir muchos años.
Las mascotas te desarrollan el sentido de la responsabilidad; te ayudan a estructurar rutinas de vida. Te sirven de compañía a la hora de caminar o hasta de hacer ejercicios. Te hacen reir hasta en los peores días. Las mascotas nos hacen expresar emociones y sentimientos lo cual nos ayuda a nuestra salud emocional.
Tu mascota siempre estará ahí para ti. Te querrá sin esperar nada a cambio, incluso si se te ha pasado su hora de comer. . . no es capaz de guardarte rencor. Para ella nada ni nadie es más importante que tú. Las mascotas son incondicionales y no me gustan esos refranes que dicen que son mejores que el ser humano porque creo en el ser humano, pero en ocasiones es muy cierto.
Somos una pieza más en el inmenso rompecabezas que es la naturaleza. Compartamos nuestro amor también con las mascotas. Aprendamos de nuestras mascotas el amor incondicional y la lealtad. Enseñemos a nuestros niños el amor por los animales, el amor por las flores, el canto de los pájaros . . . porque solo dando amor a nuestro paso ayudaremos a que renazca y florezca la paz que tanta falta hace hoy.
Hasta que uno no ha amado un animal, una parte del alma sigue sin despertar.
– Anatole France
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